Las cortinas son piezas textiles colocadas en el hogar con el fin de cubrir una puerta o ventana, y también sirven de elemento decorativo. Su mantenimiento suele ser periódico, ya que, dependiendo de la estancia en la que estén, podrían acumular una gran cantidad de suciedad y olores molestos.
Las grasa desprendida de la cocción de los alimentos, partículas de polvo, el pelo de las mascotas, entre otros agentes causantes de suciedad que se encuentran suspendidos en el aire de nuestro hogar, terminan por acumularse en el mobiliario, paredes y textiles. En este sentido, las cortinas suelen ser un blanco fácil. Por ello, es importante brindarles un constante mantenimiento.
De lo contrario, con el paso del tiempo y la falta de lavado, el exceso de suciedad arraigada podría debilitar el tejido. Así, al momento de decidir lavar la cortina terminaría por rasgarse, ya que es necesario fregar de manera más enérgica e incluso, aplicar productos con activos de mayor intensidad para arrancar la suciedad.
Limpiar las cortinas puede ser para algunas personas una tarea liosa con respecto a la manipulación del textil, debido a que se trata de una pieza que generalmente posee un formato grande. Además, está el tema del tipo de material natural o sintético, que requiere un tratamiento especial para evitar que se deteriore, decolore o encoja.
Son estas las principales razones por las que la higiene de las cortinas implica una visita a la tintorería, con el propósito de que las limpien, sequen y alisen correctamente. Sin embargo, si la persona es paciente y se informa acerca de las necesidades del tejido con el que ha sido confeccionada su cortina, entonces podrá efectuar la limpieza en casa, ya sea de forma manual, en lavadora o con vapor.
Tres formas simples para lavar las cortinas en casa
Antes de iniciar el lavado de las cortinas, la persona tendrá que revisar la etiqueta de fabricación, ya que en ella se encuentra toda la información referente al tipo de lavado, detergente a usar y temperatura máxima del agua. Asimismo, se conocerá si es pertinente aplicar suavizante, y cómo se debe escurrir y secar el textil.
Una vez puntualizados estos aspectos, será posible lavar de forma segura las cortinas de seda y cortinas de encaje para dormitorio, así como también las cortinas de algodón, cortinas de lino y cortinas gruesas de la sala de estar, o bien, las cortinas sintéticas empleadas en la sala de baño. A continuación, explicamos el paso a paso.
Jabonado manual de las cortinas
Para lavar las cortinas manualmente, es necesario disponer de un bote de gran tamaño o de una bañera. Todo dependerá de lo grande que sea el textil. Después, es necesario llenar dicho espacio con agua fresca y añadir detergente, preferiblemente libre de blanqueadores. Recordemos que si el fabricante ha recomendado lavar el producto manualmente, esto quiere decir que sus fibras son delicadas.
Es importante dejar las cortinas en remojo por un lapso no menor a cinco horas y, transcurrido dicho tiempo, frotar con las manos todo el textil. De esta manera, el detergente penetrará en las fibras y actuará retirando la suciedad acumulada.
Si el fabricante lo permite, tras eliminar los excesos de detergente se puede agregar suavizante y dejar reposar por al menos una hora. Esto hará que las fibras sean más dóciles al momento de poner las cortinas.
Limpieza de las cortinas en lavadora
Para lavar cortinas en lavadora el procedimiento de limpieza será más sencillo. Sólo es necesario retirar el textil de los respectivos rieles en donde está colgado e incorporarlo a la máquina de lavado.
Después, habrá que programar la lavadora en un ciclo suave y corto, preferiblemente con agua fría y con un centrifugado no mayor a 400 revoluciones por minuto de trabajo. Así, resulta posible cuidar del textil, evitando su desgaste, encogimiento y la generación de arrugas.
Lavado a vapor
El vapor es otro método para la limpieza de cortinas, con el que se elimina suciedad, ácaros y bacterias. Para ello, el uso de una vaporeta es esencial. Se trata de un equipo eléctrico que incorpora boquillas y cepillos, a través de los que se genera un volumen de vapor a una presión determinada.
Sin embargo, no todos los tejidos son adecuados para ser expuestos a dicha tecnología de limpieza, por lo que, una vez más, la invitación es a revisar las indicaciones del fabricante de la cortina.
Respecto a cómo lavar en seco con las vaporetas, el procedimiento resulta intuitivo, porque después de encender el equipo y ajustar el cabezal, sólo es necesario desplazarlo sobre la cortina, sin tener que desmontarla. Claro está, es necesario mantener en movimiento el textil para que el vapor no se proyecte en una sola área y humedezca la tela.
Elimina manchas y aviva los colores de las cortinas
La aparición de manchas en las cortinas blancas o de color suelen ser comunes, debido a que este tipo de textiles se lava de dos a tres veces al año. En este sentido, la acumulación de polvo y suciedad es inevitable.
La solución más rápida para este problema sería aplicar algún blanqueador, que elimine las mencionadas manchas. Sin embargo, muchas veces el uso de estos productos decolora las cortinas, haciendo que queden opacas y poco atractivas visualmente, por lo que resulta conveniente poner en práctica algunos trucos para lavar las cortinas en casa.
El primer consejo para quienes no saben cómo blanquear cortinas, sería añadir al detergente de una a dos cucharadas de bicarbonato de sodio, ya que este ingrediente tiene un poder activo de gran eficacia, arrancando manchas arraigadas y devolviéndole la blancura al tejido.
Por su parte, para aprender cómo quitar manchas de moho en cortinas de tela, la receta indicada es incorporar una taza de vinagre por cada litro de agua empleado para remojar el textil. Debe dejarse reposar por al menos una hora antes de aclarar.
Un consejo más sería lavar las cortinas con amoniaco, con el propósito de avivar los colores, para que el tejido esté siempre como nuevo. Recuerda que para mantener la limpieza de las cortinas, sólo es necesario conocer cómo debe tratarse el tejido con el que han sido confeccionadas y, seguidamente, tener la disposición de lavarlas, secarlas y plancharlas, según lo requieran.
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