Consejos para limpiar un sofá de cuero

Última actualización: 18.04.24

 

Los sofás con superficie de cuero son sinónimos de elegancia en las estancias del hogar, por lo que es importante mantener su buen estado en todo momento. Para ello, debemos aprender a limpiar y cuidar este tipo de sillones, con el propósito de que proporcionen una larga vida útil.

 

Los sofás de piel auténtica o sintética son parte importante del mobiliario del hogar, que se encuentran generalmente en la sala de estar. Su función va más allá de servir como soporte para que nos sentemos a beber una copa o un café junto a familiares y algunos amigos que nos visiten. 

Además, los sofás de cuero forman parte de los elementos decorativos de la estancia, brindando a los espacios un toque distintivo y elegante, que todos notarán a primera vista.

Este tipo de mobiliario tiene tendencia a acumular polvo, así como también está expuesto a los derrames inesperados y las migas, especialmente si hay niños en casa. 

Por ello, es importante limpiar frecuentemente los sillones de piel que tengamos en casa porque, de esta manera, estaremos alargando su vida útil. Recordemos que la suciedad arraigada genera manchas y paulatinamente deteriora la superficie del cuero hasta que esta se debilita y desgarra.

Dichos daños pueden evitarse si seguimos una rutina de limpieza para el sofá de cuero. Se trata de un paso a paso sencillo, que no te restará mucho tiempo, acompañado de algunas recomendaciones básicas para tratar el material de fabricación, ya sea natural o sintético. Si no sabes cómo limpiar los sofás de piel, enseguida te explicamos detalladamente. Así, disfrutarás de unos sillones cómodos y con una estética agradable.

 

Limpieza fácil en tres pasos

Si es la primera vez que tienes un mueble de este tipo, es normal que te preguntes ¿cómo limpiar un sofá de piel? La buena noticia es que no resulta tan complicado como algunos podrían suponer. En primer lugar, debes tener en mente que la limpieza del sofá de piel es una tarea que debe realizarse cada quince días o una vez al mes a más tardar, porque si se pospone a un lapso de tiempo más largo, entonces la suciedad será más difícil de eliminar. Si tienes en casa un sillón de cuero, la invitación es a seguir estos tres pasos sencillos para deshacerte del polvo y brindarle al mobiliario una mejor apariencia.

Aspira el sofá

La mejor forma de iniciar la limpieza del sofá es quitando todas las partículas de polvo, migas de comida y pelusas, que en él puedan encontrarse. Puedes utilizar un paño de algodón si la limpieza es frecuente, mientras que el cepillo de cerdas blandas resulta ideal para momentos en que la concentración de suciedad es mayor. De hecho, emplear un aspirador manual es lo más recomendado para acceder a cualquier recoveco de la estructura de manera eficaz.

 

Limpia con un paño húmedo

Seguramente, la superficie del sofá tiene alguna mancha debido al constante uso, por lo que deberás humedecer con agua una bayeta y frotarla con movimientos circulares por todo el sillón. Pero, si tras finalizar esta limpieza persiste el tono amarillento o cualquier otra mancha puntual, lo mejor será aplicar un producto especial para cuero. 

Igualmente, al limpiar el cuero puedes quitar las manchas del sofá aplicando alcohol sobre el área afectada con ayuda de una mopa de algodón. También, puedes utilizar una clara de huevo, batirla a punto de nieve y frotarla en la mancha.

 

Pule la superficie

Al finalizar de limpiar el sofá notarás que el cuero luce limpio, pero con un acabado opaco y deshidratado. No debes preocuparte, ya que esto no significa que los productos para limpiar sofás usados han deteriorado la superficie. Lo que ocurre es que los sofás de piel se deben pulir para que adquieran una apariencia brillante.

Sólo tendrás que frotar un paño con un poco de talco de bebé sobre el sofá. Seguidamente, haz una mezcla de cera de abejas con trementina y aplícala. Deja reposar por alrededor de una hora y pule con un paño seco.

 

Recomendaciones básicas para limpiar un sofá de piel

Limpiar el sofá de piel es considerada una tarea de poca complejidad. Sin embargo, no se puede realizar a la ligera, ya que, para eliminar la suciedad y cuidar de la superficie del sillón de piel, resulta necesario tomar en consideración este par de recomendaciones básicas.

Protege el sofá de la radiación solar y artificial

Evita que el sofá de piel esté en contacto directo con el sol, ya que la constante exposición ante este tipo de radiación hace que el material adquiera una textura rígida y, por ende, la superficie sea más propensa a romperse. 

Asimismo, sobre la piel genuina pueden aparecer manchas debido a la acción de los rayos del sol, que es muy intensa. Por ejemplo, en un sofá de piel blanco, el exceso de sol genera manchas amarillentas, mientras que los de color negro adquieren un tono opaco y envejecido. Por todas estas razones, lo recomendado es que el sillón no esté cercano a las ventanas.

De igual manera, la radiación artificial de lámparas y calefactores es perjudicial para el buen estado de los sillones de piel. Lo ideal es planificar la distribución del espacio dentro de la sala de estar y tratar, en lo posible, de que el sofá no esté bajo la luz directa de la lámpara y, por lo menos, a medio metro de la calefacción.

 

Ten cuidado con los productos de limpieza

El mercado tiene una gran variedad de productos para limpiar cuero, cuya fórmula en crema o spray está especialmente realizada para tratar a profundidad dicho material. Con ellos, es posible eliminar la suciedad superficial o arraigada, hidratando el cuero y, en ocasiones, brindándole un acabado brillante a la superficie de los sofás en piel. Por ello, lo más prudente es evitar usar lavaplatos, lejía, desengrasantes o cualquier otro producto que pueda tener un efecto abrasivo sobre el cuero.

Además, existen algunas recetas caseras para limpiar los sofás de cuero disponibles en la web y que puedes aplicar con confianza. Sin embargo, deberás investigar acerca de los ingredientes a emplear y, corroborar que la química natural no sea agresiva.

De hecho, esto aplica para el agua usada durante la limpieza, cuya concentración de cal debe de ser baja, porque dicho mineral puede llegar a decolorar fácilmente el cuero negro y marrón.

 

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