¿Cómo limpiar radiadores?

Última actualización: 25.04.24

 

La limpieza de los artefactos de la casa es necesaria para lograr un ambiente saludable. Algunos aparatos eléctricos, como los radiadores, requieren de una limpieza profunda y, para ello, se hace indispensable contar con herramientas especiales. No obstante, otras veces con implementos simples puede hacerse una excelente labor.

 

El uso de paños, plumeros y otros instrumentos para la limpieza en el hogar es muy común. Pero, el estilo de vida actual exige buscar alternativas a cómo limpiar la casa más rápido con el menor coste y esfuerzo posible, a fin de disfrutar de un entorno saludable.

En este sentido, los radiadores son uno de los aparatos que requieren especial atención, ya que por su diseño y operatividad tienden a ser un reservorio de polvo y suciedad. Lo bueno, es que existen diferentes implementos y estrategias que facilitan su limpieza.

 

Cómo limpiar los radiadores a fondo

Hay quienes prefieren usar un plumero para limpiar los radiadores superficialmente al quitarles el polvo, lo que es válido, ya que son prácticos y económicos. Pero, para quienes padecen de alergias no son tan saludables, debido a que, al sacudir el polvo las partículas de alérgenos pueden esparcirse por el aire, causando verdaderas molestias e incomodidad al respirar.

Algunas personas para limpiar sus radiadores se inclinan por utilizar cualquier tipo de paño. Esta es la forma tradicional y muy utilizada; pero, requiere de mayor esfuerzo y tiempo. Además, los paños generalmente dejan marcas, así como hilos o pelusas sobre los artefactos, lo que no brinda visualmente una sensación de limpieza profunda. También, hay quienes optan por utilizar una esponja con agua y jabón. Esto ayuda de manera rápida, pero trae un problema adicional, el recoger el agua con la suciedad que cae del radiador.

Otra alternativa que muchos emplean en sus labores es limpiar los radiadores con vaporeta. Estos artefactos eléctricos que usan agua produciendo vapor son apropiados para despegar la suciedad de estos equipos, especialmente cuando pasan mucho tiempo sin limpiarse, puesto que ayudan a una limpieza profunda, eliminando cualquier vestigio de grasa y partículas adheridas al radiador y se evita la recirculación del polvo y los alérgenos en el ambiente. Pero, implican un mayor gasto, representado en el coste de adquisición, así como en el consumo de energía eléctrica para una labor que puede ser muy sencilla.

Actualmente, se puede realizar la limpieza de radiadores de manera más sencilla, práctica y eficiente con ayuda de una bayeta. Esto, gracias a que, en muchas ocasiones, están fabricadas con textiles de poliéster y algodón de alta tecnología, e incluso con microfibras ecológicas biodegradables. Estas cualidades les permiten una mejor absorción de la humedad y, por otro lado, pueden ser reutilizadas muchas veces. De ahí que, sean ampliamente empleadas en la higiene de todo el mobiliario y los equipos del hogar, como estantes, bibliotecas, muebles e incluso del mejor canapé abatible tipo ocu.

Ahora bien, como se puede apreciar son diversos los implementos que se pueden emplear a la hora de preparar nuestros radiadores para la temporada fría. A continuación te mostraremos algunas maneras eficaces de limpiar los radiadores. Solo deberás elegir el que se adapte a lo que tienes a mano.

 

Método 1

Esta quizá sea el método más efectivo, ya que utiliza varias herramientas y es conveniente cuando, por cualquier motivo, has dejado que la suciedad se acumule en tu radiador.

– Comienza por apagar y desconectar el radiador. Seguidamente, cubre sus alrededores con papel de reciclaje, periódico o alguna manta. Esto, para facilitar la recolección de la suciedad, evitar mojar el piso y manchar las paredes.

– Elimina el polvo más visible con un plumero o bien puedes entrar de lleno con una aspiradora e incluso un secador de pelo te puede ayudar. En este caso, es recomendable utilizar un tapaboca para evitar absorber las partículas de polvo que se liberan.

– Ahora es momento de retirar la suciedad incrustada, tarea para la cual resulta conveniente hacer uso de la vaporeta. Aunque si no se tiene a mano, una solución jabonosa o un limpiador con amoniaco puede ser útil. Solo se debe aplicar el producto por todos los espacios del radiador y dejar actuar.

– Finalmente queda retirar con un paño o bayeta y repasar con uno limpio y seco.

Método 2 

Si quieres saber cómo limpiar los radiadores periódicamente, a fin de evitar recurrir a un método de limpieza tan exhaustivo, sigue leyendo.

– Al igual que en el método anterior es importante cerciorarse que el equipo está desconectado y frío. Así mismo, antes de usar algún paño o bayeta remójalo y exprímelo. De esta manera eliminas cualquier vestigio de partículas microscópicas o pelusas.

– Elimina el polvo superficial con ayuda de un aspirador, un paño o una bayeta. En el caso de estos últimos, es importante que el procedimiento de limpiar, lavar y exprimir lo realices varias veces. De esta manera te aseguras de ir extrayendo toda la suciedad que está en las superficies del radiador.

– Si lo que deseas es emplearte más a fondo de forma rápida y sencilla, puedes sujetar una bayeta al palo de una fregona, humedecer e introducir por las rendijas del radiador. Otra alternativa interesante es fijarla a un cordel y hacerla pasar entre las aberturas de forma similar al uso del hilo dental. De esta manera, se evita derramar agua en el piso.

– En el caso de los recovecos y rendijas más pequeñas del radiador, puedes ayudarte a eliminar el polvo y las pelusas acumuladas con una brocha, pincel o cepillo dental. Así lograrás que tu radiador rinda más calentando el aire de tu habitación con menos consumo de energía.

– Para terminar, puedes usar una bayeta seca, para sacarle brillo a la superficie externa del radiador.

Finalmente, queda acotar que indistintamente del método de limpieza que elijas es recomendable el uso de guantes y tapaboca, a fin de proteger tus manos y vías respiratorias. Asimismo, la inclusión del radiador en la rutina de limpieza, evita el empleo de productos químicos o la contratación de personal especializado, y con ello, no sólo la reducción de costos sino también el resguardo de la salud y el medio ambiente.

 

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