Consejos para limpiar el suelo porcelánico con vinagre

Última actualización: 18.04.24

 

Limpiar los suelos porcelánicos puede parecer un trabajo que conlleva mucho esfuerzo. Sin embargo, cuando se sabe qué hacer, este proceso se vuelve bastante sencillo. A veces no se necesitan grandes productos para lograr que el suelo quede impecable, pues un poco de vinagre y otros elementos naturales podrían ser la clave para un piso impoluto.

 

Elegir el suelo que tendrás en tu hogar es algo realmente importante, pues esta decisión te acompañará por años. El suelo de gres porcelánico, desde hace algún tiempo, se ha convertido en la primera opción para muchas personas, pues, además de ofrecer una gran variedad de modelos, es una superficie realmente sencilla de mantener en buen estado y brinda una gran resistencia.

Existen muchas formas de colocar suelo porcelánico, pues este se adapta de buena manera a diferentes habitaciones. De hecho, puede ser un suelo de cocina, de terraza o de sala de estar sin problema. No obstante, sin importar en dónde coloques las baldosas, el mantenimiento será el mismo.

Seguramente, a medida que lees, notarás cómo el vinagre se vuelve un elemento indispensable en casi todos los procesos.

 

¿Cómo limpiar el suelo porcelánico después de una obra?

Tu primer contacto con este tipo de suelo probablemente será después de su instalación; y esta limpieza inicial es bastante importante y peculiar. Deberás fregar el suelo más de una vez, pues el suelo de gres estará lleno de manchas de cal, cemento y, además, su aspecto será bastante opaco. 

Contrario a lo que pudieras pensar que implica limpiar suelos muy sucios, en este momento no se recomienda usar ningún químico o producto, pues estos podrían ser abrasivos. Para esta limpieza solamente utilizarás una fregona suave y bastante agua tibia. De no salir la suciedad, solo tendrás que seguir intentando y, si persiste, agregar un poco de vinagre blanco o de manzana diluido en el agua.

Es posible también limpiar las juntas del suelo sin esfuerzo, ya que lograrás tu objetivo utilizando un viejo cepillo de dientes humedecido y frotando la suciedad.

Limpia pisos como un profesional

Después de esas primeras limpiezas de los suelos porcelánicos, ya puedes comenzar a adquirir una rutina para dejar tu hogar impecable. Debido a que las baldosas ya tienen la resistencia que las caracteriza, la hora de limpiar puede ser más profunda y sin complicaciones.

Puedes hacer uso de un fregasuelos casero, si lo deseas, o simplemente comprar un producto fabricado específicamente para este tipo de pisos.

Es necesario recordar que, aunque la limpieza de estos pisos se considere sencilla, se requiere adecuar el proceso al suelo que tengas en casa. Como se dijo anteriormente, los modelos son muy variados; solo basta con echar un vistazo a un portafolio de suelos Porcelanosa para darse cuenta y, para cada uno de ellos, existe una manera efectiva de limpiar.

 

1)  Limpiar suelo porcelánico rugoso

El piso rugoso es uno de los más utilizados en los hogares, especialmente cuando se trata de terrazas exteriores, pues su textura y diseño captan la atención con facilidad. Sin embargo, debido a esta textura, es imposible utilizar fregonas sin que se deterioren y tampoco es ideal utilizar productos muy fuertes.

Limpiar el suelo porcelánico con vinagre, utilizando un cepillo de cerdas o una fregona especializada en pisos de textura rugosa, puede ser lo que necesitas para mantener la superficie impecable.

 

2) Limpiar suelo porcelánico de imitación de madera

La madera, por excelencia, es uno de los materiales más reconocidos, en cuanto a diseño. No obstante, el hecho de que su mantenimiento puede ser algo demandante y complicado hace que muchas personas desistan de adquirirlo.

Por ejemplo, recuperar un parquet blanquecino o limpiar tablones con manchas oscuras puede ser una pesadilla para algunos, por lo tanto, un suelo de cerámica de imitación de madera muchas veces se convierte en la opción ideal. Este piso tiene la apariencia de la madera real, pero no requiere de barniz o cera, no se daña con la humedad y se adapta a los ambientes interiores y exteriores.

Aunque no se recomienda barrerlo constantemente, una escoba eléctrica puede ser un artefacto excelente para retirar el polvo y la suciedad antes de utilizar una fregona. Después de eso, solo requerirás usar un detergente neutro y agua tibia para dejar al piso reluciente. Ten siempre en mente que no debes usar detergentes con abrillantador, pues estos podrían producir manchas.

Si buscas algo natural, una mezcla de agua, vinagre blanco y gotas de limón puede ser bastante eficaz. Además, brindará un olor refrescante al lugar.

3) Limpiar suelo porcelánico negro

Aunque el color negro es excelente para esconder la suciedad, cuando se trata de manchas de jabón, estas resaltarán sobre el fondo oscuro, por lo que debes tener cuidado al limpiar.

Lo más recomendable es utilizar un jabón con pH neutro que no genere mucha espuma, para después aclarar con agua tibia y secar completamente, sin dejar acumulaciones de agua. Esto logrará mantener el color del piso, para que luego no debas pintar el suelo porcelánico.

 

¿Cómo limpiar las juntas del suelo?

Aunque las baldosas puedan limpiarse correctamente, las juntas del suelo casi siempre son rebeldes y tienden a acumular bastante suciedad. Si te preguntas cómo limpiar juntas del suelo negras por el pasar del tiempo, entonces te sorprenderá saber que, siempre que sepas qué hacer, el proceso será sencillo.

Limpiar las juntas del suelo con vinagre y un poco de bicarbonato de sodio es una forma natural, segura y sencilla de devolverle el color blanco a estas secciones del piso, sin utilizar fuertes químicos.

Una mezcla en un vaso de agua de 4 cucharadas de bicarbonato y 10 cl de vinagre blanco logrará debilitar la suciedad en un periodo de 24 horas para que, en la mañana, puedas limpiar las juntas con un pequeño cepillo humedecido en agua tibia. De esta manera, podrás eliminar la suciedad y, además de eso, blanquearás las juntas que, la mayoría de las veces, pierden su color por el pasar del tiempo y por el constante uso al que están sometidos los suelos.

 

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