Cómo utilizar un aspirador de ceniza

Última actualización: 17.09.24

 

Tener una chimenea en casa puede resultar muy conveniente cuando frecuentemente las temperaturas bajan; esto permite mantener el ambiente agradable.

Pero esta trae consigo un pequeño inconveniente, su limpieza.

Los aspiradores de ceniza están diseñados para hacer esta tarea sencilla y sin complicaciones, ayudándote a mantener tu casa libre de ceniza.

 

Conoce sus componentes  

Cuando pienses en comprar un aspirador de ceniza, puede que te encuentres con alguien que te diga que estos son iguales a los tradicionales, pero no es así.

Ciertamente, sus componentes son muy similares, pues poseen una estructura, un tubo de aspiración y las boquillas, pero en cuanto a su funcionamiento, son muy diferentes.

 

Toma las precauciones necesarias  

Después de utilizar la chimenea para calentar el ambiente de tu hogar, puede que veas los restos de ceniza alrededor de esta y sientas la necesidad inmediata de limpiar, pero es algo que no debes hacer.

Limpiar una chimenea no es igual que asear el resto de la casa.

Para ello, debes tomar la precaución de esperar el tiempo necesario para asegurarte que no haya trozos de brasas aún encendidas.

Recuerda que el aspirador de cenizas es de metal en la mayoría de sus partes y, al entrar en contacto con el calor, puede calentarse y, por tanto, es posible que le cause daños tanto al aparato, como a quien lo manipula.

Lo ideal es que esperes a que pase el tiempo suficiente para que las brasas se apaguen por completo y se enfríen.

Es entonces cuando podrás comenzar a realizar la limpieza de la chimenea.

 

Cómo realizar el aspirado  

El aspirado de la chimenea se realiza de forma similar a limpiar el resto de la casa con un aspirador tradicional.

Sin embargo, se recomienda iniciar aspirando donde se haya acumulado una mayor cantidad de cenizas, para que estas no se dispersen cuando muevas el tubo de aspiración por sus alrededores.

Cuando hayas terminado con eso, continúa con las esquinas. Mantén el tubo en cada una durante varios segundos para asegurarte que aspire todos los restos que haya allí.

Al pasar a los recovecos o zonas poco accesibles, cambia las boquillas según su grosor, para obtener una limpieza más eficiente de la chimenea.

Cómo vaciar la ceniza

Al terminar la limpieza, lo siguiente es vaciar el depósito del aspirador.

Esta es una tarea sumamente sencilla, pero debes asegurarte de que en el lugar donde abras este compartimiento no haya corrientes de aire que pueda esparcir las cenizas.

Abre el depósito y extrae con cuidado el contenedor interno, pon las cenizas en una bolsa de plástico y ciérrala para evitar que los restos puedan escapar de ella.   

Si realizas el vaciado del depósito en el jardín, por ejemplo, no debes tener tantas precauciones.

Muchas personas aprovechan las propiedades de las cenizas como fertilizante natural para sus plantas, ya que contienen fósforo y potasio; además, ayuda a absorber mejor el agua.

 

La limpieza mejora la combustión  

Debes limpiar la chimenea periódicamente y de forma adecuada, para mejorar la combustión, para que la entrada de las rejillas no se obstruya y, por tanto, el oxígeno entre en mayor cantidad.  

 

 

 

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